Cuando se nos cruza la idea de adquirir una mascota, muchas cosas se nos vienen a la cabeza, y a veces tomar la decisión no es muy fácil. Aún más, cuando son dos personas tratando de decidir cuál será su próxima mascota.
Esta es la historia de Ana y Marcos una pareja de jóvenes que un día decidieron tener un perro.
Ana quería un perro especial, Marcos su pareja le daba igual la estética del perro, solo no quería un perro pequeño. Tardaron mucho en decidirse pero finalmente tomaron un perro de raza Shar pei.
Este pequeño ejemplar llego por fin a la casa, sus dueños estaban muy emocionado y ya empezaron a tomar responsabilidades sobre sus vacunaciones. El perro empezó a realizar sus primeras deposiciones en la casa y hacer algunos destrozos en el mobiliario. Cuando termino su ciclo de vacunación el Veterinario les permitió sacar a Tommy fuera de la casa.
Ana temía que Tommy se contagiara de alguna enfermedad, este injustificado miedo provocaba su aislamiento de otros perros durante los paseos con Ana, mientras que con Marcos era todo lo contrario, el perro caminaba suelto sin ninguna supervisión.
Pasaron los días, las semanas, los meses y el carácter de Tommy se iba consolidando, ayudado por su desarrollo hormonal, el florecimiento de su instinto y prácticamente el nulo control educativo por parte de sus propietarios.
La primera consecuencia fue una pelea con un perro en el parque, la siguiente otra pelea con otro perro, el perro cada vez se estaba volviendo más agresivo. La relación de Ana con su perro era cada vez más tensa y difícil, ella no se atrevía a sacarlo a la calle, pues no lo podía controlar. Por su parte Marcos se propuso que la situación no se les escapara más de las manos.
Consultaron con un profesional, esterilizaron al animal, siguieron algunas de las recomendaciones, pero un día, el perro sufrió un accidente. Cuando estaba suelto en el parque, salió corriendo, cruzó la calle y un coche lo arrolló. Tommy llegó a la clínica en mal estado, pero gracias a la experiencia del Veterinario, se recuperó y en poco tiempo volvió al parque.
Aquel accidente hizo reflexionar a Ana y Marcos: había llegado el momento de tomar una decisión definitiva. Algunos de sus amigos del parque les habían contado maravillas de un educador canino, un profesional que colabora con una Clínica Veterinaria. Se pusieron en contacto con ese educador canino y así fue como Tommy inicio sus lecciones de educación canina. Ana olvidó poco a poco sus miedos y Marcos dejó de utilizar su fuerza. Consiguió comprender que todo funciona mejor premiando los aciertos.
Tommy ahora disfruta de sus amigos, de la misma manera que todos nosotros junto a nuestros perros, nuestros buenos amigos correctamente educados, socializados e integrados, ahora ellos podrán disfrutar de un buen café en un restaurante o de un viaje en un transporte público.
"Nunca es tarde para corregir lo deseado."
Esta es una historia que nos permite reflexionar sobre la importancia de la educación en nuestras mascotas.
El Shar pei es una raza con una carácter que tiende a tornarse agresivo si no lo combatimos desde un inicio.
Recuerdo aquella vez que me llego a una Consulta Veterinaria un Shar pei para una vacunación, el perro era tan agresivo y tenía tanta fuerza que no lográbamos a sostenerlo entre tres personas para vacunarlo, le pusimos un bozal y aun así con tal fuerza logro abrir su boca y entre los espacios del bozal mordió a uno de los asistentes. Otro perro de esa misma raza se logró escapar del consultorio clínico e intentando atraparlo termino mordiendo la pierna de una de las doctoras.
Tengo muchos años ejerciendo como profesional Veterinario y en una sola ocasión me ha atacado un perro, en este caso era un Fila Brasilero, llego a consulta y el perro era tan grande que la mesa de consulta se limitaba para su tamaño, era un perro de aproximadamente 60 kilos o más. El propietario me pidió que lo atendiera en el piso mientras él lo sostenía (error, nunca debemos permitir atender en el piso a un perro que puede resultar ser un peligro para nuestra integridad física, independientemente que el perro sea un perro tranquilo, porque finalmente ellos tienen instinto y si algo les molesta terminaran atacándote). Inicie mi inspección clínica, comencé desde la cabeza hasta la parte posterior y fue ahí justo cuando toque sus miembros posteriores, que el perro se giró y me mordió. Fue veloz, tanto que no sentí nada pero la sangre que salía de mi cara era literalmente una cascada, me revise inmediatamente y solo me había quitado un pedazo mínimo de piel de la punta de mi nariz, algo muy pequeño, pero los tejidos sangran mucho y era exagerada la sangre. Afortunadamente no me pusieron puntos porque solo era piel y a las semanas ya estaba cicatrizado y no me quedo ninguna marca. Esto me quedo como una gran lección de vida profesional para no volver a confiar en un perro que aparenta ser tranquilo pero que finalmente nos puede atacar.
Esto como algunas de las anécdotas con perros de carácter difícil.
Ahora bien, con una excelente educación es bien cierto que podemos mejorar todas estas conductas agresivas de nuestras mascotas, aun así siempre recordemos ser prudente con aquellas mascotas que pudieran atacarnos porque finalmente ellos tienen su instinto y como tal debemos respetarlos y en todo caso acercarnos poco a poco, observando cómo se comporta el animal, socializando primero para luego si aventurarnos a tocarlos. En cambio si el perro es nuestro, la situación es diferente, el perro siempre sabe cuál es su dueño y tendrá respeto a su propietario porque lo identifica como el alfa de su grupo. Esto es importante siempre enseñarle al perro que somos el alfa y no el perro, es así como obtendremos de ellos el respeto y evitaremos que nos ataquen. He visto como muchos propietarios le tienen miedo a sus mascotas porque simplemente estas los atacan y eso no debemos permitirlo, ni que nos ataquen como dueños ni que ataquen a otros perros y a otras personas.
Cuéntanos si alguna vez has tenido alguna experiencia de este tipo con algún perro de esta u otra raza.
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